En cada cultura, de Oriente a Occidente, desde las cavernas hasta nuestros días, la muerte , sus ritos, costumbres , tradiciones y fantasías nos han llamado la atención, pero lo que a muchos nos aterroriza es saber como será esa hora tan esperada o tan postergada. Ese momento en que estaremos siendo los protagonistas de un acto tan particular.
Psiquicamente, nosotros nos defendemos contra la muerte por un instinto natural de supervivencia, generalmente es sinónimo de horror y sufrimiento por lo que tendemos a evadir el tema muerte. Nuestra cultura ve la muerte no como parte de la vida y sí como algo que debemos eliminar de nuestra propia conciencia debido en parte a nuestra sociedad de consumo.
Conocemos la muerte mediante el preceso de morir de los demás, cuyas vivencias ahora nos son accesibles por las comunicaciones mediúnicas, percibiendo así su real dimensión. Tomaremos como base los escritos dictados por los Espíritus y codificados en las Obras Básicas. Primeramente vamos a mencionar el ¿ cuándo? , después el ¿por qué? y luego el ¿cómo?, de este proceso.
Siendo la muerte un fenómeno biológico (las muertes por suicidio o por accidentes no lo son ) que ocurre por falla general de los órganos, el alma se liberta del cuerpo y así como el nacimiento, también puede ser traumático.
Según el Espíritu de Leocadio J. Correia, se desligan los tres plexos: cerebral, solar y funcional. En el caso de muertes repentinas este desligamiento de los plexos ocurre de forma abrupta, entonces el ser es envuelto en una especie de bolsa protectora (como especie de un proceso intrauterino) donde es atendido por espíritus en un local especializado. Mientras tanto el Espíritu entra en "coma inducido" por el propio organizmo espiritual.
¿ Por qué?
El fenómeno de la encarnación mediante el nacimiento es lo opuesto a la desencarnación que ocurre con la muerte. Y los dos son procesos necesarios para la evolución intelectual y moral del Espíritu, ocurriendo imnumerables veces durante nuestras vidas sucesivas.
¿ Cómo?
Así como ocurre al encarnar, donde el cuerpo espiritual ( Periespíritu) se une molécula a molécula con el cuerpo físico, a la hora de desencarnar el Espíritu pasa por un proceso inverso. Si en el primero el Espíritu queda "enraizado" desde el momento de la concepción a su cuerpo; en el segundo se "desprende" del cuerpo físico a través del proceso de la muerte , de manera tal que es precisamente la muerte la que determina la partida del Espíritu. La Génesis, punto 18. de Allan Kardec.
"La observación demuestra que , en el instante de la muerte, el desprendimiento del cuerpo espiritual no ocurre súbitamente, por el contrario, ocurre gradualemnte y su duración varía en cada individuo". Esto depende del apego o desapego del Espíritu con la materia. Cuanto más apegados seamos a los bienes terrenales , vanidad, orgullo, avaricia, mayor será nuestra agonía. Mientras para aquellas almas más elevadas, el proceso de la muerte los lleva a sentir gozos anticipados de la vida futura y su desprendimiento es casi instantáneo. Libro de los Espíritus de Allan Kardec, punto 155.
Sabemos que durante la agonía, muchas veces el alma ya ha dejado el cuerpo, nada más queda una vida puramente orgánica. El último aliento casi nunca es doloroso pues ocurre en la inconciencia y la muerte será calma. Sin embargo, "cuanto mayor fuera la afinidad del cuerpo espiritual con el cuerpo físico más penosos seran los esfuerzos del alma para desprenderse". El Cielo y el Infierno, Allan Kardec , II Parte Cap I, punto 7.
Posteriormente a la desencarnación, ocurre una "perturbación" como consecuencia del proceso de transición entre la vida física y la vida espiritual, este proceso puede durar hasta que el Espíritu se reconoce y comprende su nueva situación. El cielo y el infierno, Allan Kardec II Parte, Cap I, punto 14.
En el más allá.
Despúes de recobrar su conciencia naturalmente, el espíritu recibe visitas de su familia espiritual (que puede ser diferente de su familia en terrenal)
Dice el Espíritu del Dr. Leocadio José Correa a través de la psicofonia del Dr. Maury Rodrígues da Cruz que..." Una vez en nuestro verdadero estado, el estado espiritual, "no hablamos más mecanicamente, ni nos alimentamos o andamos como en la Tierra, tenemos que aprender a utilizar la fuerza del pensamiento". Así el Espíritu es socorrido por instructores superiores. "La gran mayoría acepta, por el mismo hecho de saber que está vivo, y es conducido a locales especiales parecidos a escuelas donde es orientado a desempeñar tareas de acuerdo a su capacitación y equilibrio espiritual".
En entrevista al investigador y coordinador de grupos de estudios espíritas Carlos Alexandre Brero de Campos, la revista Ser Espírita publica que " en determinado momento el espíritu desencarnado ve como en una película lo bueno o malo que produjo durante su última existencia terrenal, lo cual puede ocacionar angustia para aquel que adoptó una conducta desviada". Todo esto es muy individual, " cada espíritu percibe el mundo espiritual de acuerdo a su visión del mundo, pudiendo interpretar esta vivencia como aquello que él esperaba encontrar",
En el siglo pasado, todavia la muerte ocurria en el seno del hogar, el moribundo podía despedirse de sus familiares y amigos y "descansar" en paz. En un afan de prolonar la vida, la muerte se posterga en los hospitales, haciendo creer a la familia que es lo correcto .
Después de observar en los hospitales, donde el proceso de la muerte es común, y ésta ocurre en largos procesos de sufrimiento , soledad y tortura donde muchos pacientes vegetan , especialistas en Tanatología y Bioética surgieron para transformar esta realidad , dando calidad de vida al moribundo en sus últimos días en la Tierra, escuchando, hablando y consolando sus angustias y apoyando en el luto que enfrentaran sus parientes.
Las prácticas espirituales que brindemos a nuestros seres queridos facilitan la aceptación gradual de la muerte como consecuencia de la propia vida, deshaciendo el culto al ego que todos tenemos.
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